Por José Cabello Lechuga Geólogo, Director de la Sociedad Geológica de Chile, socio de Casa Común y pre-candidato constituyente por el distrito 11 (cabello.lechuga@vtr.net)
Una propuesta desde las Geociencias.
Se propone que en una futura Constitución se incorpore como preámbulo lo siguiente:
“Chile es una República Democrática plurinacional paritaria tricontinental con un territorio rico y diverso en cuanto a su naturaleza biótica y mineral, cuyo mayor valor está en los seres humanos que lo habitan por lo que el Estado y su Constitución se comprometen a proteger y desarrollar sosteniblemente todos los ecosistemas ambientales principalmente sus componentes relevantes: antropológicos, biológicos, geológicos, marítimos, geográficos, históricos, sociales y culturales lo cual se deberá reflejar en un adecuado ordenamiento territorial ,jurídico ,político y administrativo que además se complemente y desarrolle con un sistema educacional público y gratuito que sea pertinente y permanente”.
A partir de este preámbulo se propone desarrollar con el adecuado respaldo jurídico, los artículos que se requieren en el texto detallado de la Nueva Constitución y los reglamentos de las instituciones que logren cumplir con lo que se demanda para un nuevo modelo de desarrollo que nos permita avanzar hacia una sociedad más igualitaria, justa y solidaria.
El por qué de la propuesta.
Chile es un país caracterizado por su riqueza geológica que nos provee de una naturaleza privilegiada muy diversa. Una mejor comprensión de cómo funciona nuestro territorio es clave para aprender cómo respetar nuestro valioso medioambiente y garantizar el bienestar de las futuras generaciones. Una de las disciplinas que aporta en este sentido son las Geociencias.
Es vital que entendamos cómo funcionan los ecosistemas a lo largo de nuestro país, para poder evaluar con precisión sus límites y recursos disponibles, ser capaces de gestionarlos de un modo que respete el complejo y delicado equilibrio del que depende nuestro futuro desarrollo sostenible.
Gran parte de la ciudadanía ha entendido que se requiere una nueva constitución por lo que tenemos una buena oportunidad de aportar e incorporar en ella un buen conocimiento científico y tecnológico, especialmente las Geociencias en pos de un país mejor.
Como es fácil suponer, las peticiones ciudadanas de las manifestaciones antes señaladas destacando el derecho fundamental a vivir en un medioambiente libre de contaminación serán relevantes en las discusiones constituyentes. Pero adicional y virtuosamente agrega la oportunidad de construir un documento moderno que recoja el amplio conocimiento científico y tecnológico disponible para la ciudadanía.
Sobre todo, porque estamos en un contexto mundial de calentamiento global, escasez de recursos hídricos y aumento de riesgos naturales. Además, somos un país donde la extracción de recursos minerales constituye la principal actividad industrial.
Chile se ubica en el contacto convergente de placas tectónicas lo que determina gran parte de las particularidades geológicas, geomorfológicas, y geofísicas esenciales de nuestro país tales como la sismicidad, el volcanismo, el clima, y la abundancia y variedad de sus recursos marinos, recursos hídricos, recursos minerales y energéticos, suelos, paisajes y principalmente sus variadas formas vivientes. Estas características influyen en la economía del país, el entorno, la calidad de vida y la impronta cultural de los chilenos.
El desarrollo económico desregulado de los últimos decenios evidenció un aumento de la presión sobre el ambiente físico, provocando deterioro del patrimonio natural, alta dependencia a los mercados externos, aumento de las desigualdades económicas y sociales, entre otros impactos. La insuficiencia de la Constitución y del Estado como ente fiscalizador ha estado influyendo para no detener este proceso.
Se ha constatado en los últimos años serios problemas derivados de la extracción, algunas veces ilegal, de volúmenes de agua que afectan el nivel de los acuíferos. La alta concentración poblacional en las regiones Metropolitana, Biobío y Valparaíso crean una alta presión ambiental en los ecosistemas que ocupan y en terrenos aledaños. Junto al factor poblacional, la pobreza aparece como unos de los principales desafíos para tener mayor sustentabilidad ambiental.
El cambio climático se ha convertido en una importante presión física que enfrentamos. Atribuibles a este fenómeno son las anomalías de temperaturas extremas y de precipitación, la mega sequía, los incrementos en la temperatura del mar, en la frecuencia e intensidad de las marejadas y en el angostamiento de las playas, así como la acidificación del mar y la diminución acelerada de los glaciales.
Ha faltado una táctica más integral y efectiva, que utilice la política de crecimiento en función de fines superiores de una estrategia de Estado: el mejoramiento de la calidad de vida de los chilenos, sobre la base de un desarrollo ambientalmente sustentable.
Este contexto requiere mejorar nuestra comprensión de la interfaz ciencia-política para favorecer la toma de decisiones correctas y bien informadas en base a una correcta investigación interdisciplinaria. Incluso se está planteando que la Tierra puede ser objeto de Derecho como un Derecho Humano.
El rol de las Geociencias en las definiciones políticas sobre cambio climático, desarrollo sostenible, recursos minerales, recursos hídricos, borde costero, recursos marítimos y riesgos geológicos es fundamental considerando la aspiración a avanzar hacia un bienestar duradero para todos. Se necesita un mayor aporte científico que apoye instrumentos de gestión tales como la planificación territorial y la evaluación ambiental estratégica.
La Constitución, es el cuerpo normativo supremo de un país. En ella se especifican los principales derechos y deberes de sus participantes, y define la estructura y organización del Estado. Desde el punto de vista conceptual, es el orden jurídico fundamental de la comunidad.
La Gobernanza se define como las interacciones y acuerdos entre gobernantes y gobernados, para generar oportunidades y solucionar los problemas de los ciudadanos, y para construir las instituciones y normas necesarias para generar esos cambios.
Para ambos conceptos, es fundamental enriquecer su futura efectividad incorporando en ellos todos los conocimientos desarrollado por profesionales dedicados a las Ciencias de la Tierra. Así las Geociencias podrán complementar administrativamente las características territoriales que favorecen la expresión de una biología singular de norte a sur y de cordillera a mar.
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